Patria Justa

llevaban en su interior provisiones para mucho tiempo y armas para defenderse de los indios.
En las pampas de entonces abundaban los caballos salvajes y las vacas chúcaras, de grandes cuernos. Los gauchos, de alto sombrero, vestían poncho y chiripá, y se divertían cazando avestruces. De vez en cuando se veía una diligencia cargada de pasajeros, que dejaba la polvareda a su paso.
Las llanuras de antes están ahora casi totalmente aradas y sembradas. La Nueva Argentina Justicialista protege al peón de campo, impide los injustos desalojos del agricultor, ayuda a quienes cultivan la tierra, que debe ser de quien la trabaja.
La justicia ha llegado para el labriego argentino, que recibe ahora lo necesario para vivir dignamente del fruto de su labor, feliz entre los suyos.