La Argentina de Perón

desde entonces, podemos considerarnos totalmente dueños del país.
¿Quién no desea que las cosas que están en su casa le pertenezcan?
Nuestra nación es la casa de la gran familia argentina. Es por lo tanto justo, conveniente y patriótico que sus miembros obtengan el beneficio máximo, no sólo de las empresas de comunicación y de transporte, sino también de todos los productos nacionales, la mayoría de los cuales pueden ser llevados a los centros de consumo mediante el ferrocarril.

La Marina Mercante

— Yo voy a ser marino —dice Horacio.
— Me parece muy bien —responde su padre—. Pero ¿a qué marina quieres pertenecer?
— ¿Cómo? No entiendo la pregunta, papá.
— ¿Qué marina eliges? ¿La mercante, o la de guerra?.
Horacio piensa un rato.
— ¿Qué diferencia hay?
— La marina de guerra sirve directamente al Estado. Sus marineros son nuestros soldados de mar. En cambio, la marina mercante trae y lleva pasajeros y mercaderías hasta los puertos más apartados, y gracias a ella es posible el comercio con las naciones extranjeras.
Horacio no se decide.