Justicialismo

del norte, en las bodegas andinas, en las colonias de Entre Ríos y Santa Fe y en las fábricas que día a día se levantan en todos los rincones del país.
Ofrecemos hoy al mundo el espectáculo de un gran taller cuyos obreros, artífices inimitables, puestos en excelentes condiciones, en cuanto a su nivel de vida y beneficios sociales de toda índole, están en disposición de dar cumplimiento a los pedidos más exigentes de los mercados interno y externo.
Mujeres y hombres a millares dan sus energías, y así funcionan: destilerías, fundiciones, hilanderías, curtidurías, fábricas de objetos manufacturados, productos químicos, etcétera.
Una pequeña etiqueta blanca y azul con la leyenda "industria argentina" sustituye día a día las de marcas extranjeras.
Las diversas exposiciones realizadas en este último quinquenio revelaron al pueblo la perfección de la industria argentina, afirmando con ello el poderío industrial de la Nación.

RACIÓN ALIMENTARIA

Los hombres prehistóricos se alimentaban de la caza y de la pesca, alimentos que ingerían crudos.
En la Edad de Hierro comenzaron a tener nociones de agricultura, cosecharon cereales y fabricaron el pan. Los romanos empezaron a comer carne condimentada, como artículo de lujo.
En América, en 1492, época de las exploraciones y descubrimientos, interviene el conocimiento de otros pueblos, y el arte culinario ensancha su radio de acción con el aporte de la física y la química.
El conocimiento del cuerpo humano hace comprender más tarde la necesidad de reintegrar al organismo la vitalidad que pierde diariamente.
Las vitaminas, descubiertas en estos últimos años, principales e indispensables para la vida del hombre, completan hoy los alimentos que lo sustentan.
Pero hay que saber comer, para no dar al organismo exceso de alimentos que lo intoxiquen o carencia de ellos que lo debiliten. Nuestro pueblo gusta de comer bien. Nuestra cocina admite platos