El hada buena

Canción a los niños pobres

¡Despertad, niños míos!
que no es sueño, siquiera,
los juguetes brillantes
y abrigado rincón;
que hay un alma muy grande
hecha luz y quimera
que por veros contentos,
y abrigados, quisiera,
cobijaros a todos
bajo un gran corazón.

¡Despertad, niños míos!
que hay camitas que esperan,
y hay juguetes y hay risas,
mucho pan, mucho amor.
Para todos alcanza
la caricia postrera
de quien dio vida y alma
por su sueño mejor.

¡Despertad, niños míos!
con la cara sonriente
y en vuestros labios puros
la más dulce canción;
la que llegue hasta el cielo
donde mora por siempre,
la que os quiso tan hondo,
vuestra Evita Perón.

Ruth Africa F. de Dupuy

En marcha

La Nueva Argentina ha iniciado su feliz derrotero. Los niños de hoy, serán los jóvenes de mañana y los hombres del futuro.
A ellos les está reservado disfrutar plenamente, de las conquistas de la Justicia Social.
¡Cuántos beneficios, de ella se recibirán!
Debéis ser estudiosos y aprovechados para que lleguéis a integrar el futuro de argentinos cultos, bondadosos y útiles a la sociedad.
El General ha dado las voces, para iniciar la marcha. De vuestra disciplina y atención, dependerán sus resultados. Vamos todos en pos del progreso y del bienestar colectivo.
No defraudes las esperanzas de quien os consideró "los únicos privilegiados".
La bandera argentina irá siempre al frente y recordad que vuestros actos deben continuar la tradición de nobleza, de los de otras generaciones, para que "el honor sea su aliento, la gloria su aureola, la justicia su empresa”.