Mensaje de luz

17 DE OCTUBRE DIA DE LA LEALTAD

EL hombre que se había levantado contra la injusticia, aquel que luchó desde la Secretaría de Trabajo y Previsión por el bienestar de los trabajadores, estaba preso.
Sus colaboradores inmediatos, severamente vigilados.
Al saber la verdad, los obreros abandonaron inmediatamente sus talleres y sus fábricas e iniciaron la marcha hacia la Plaza de Mayo.
Un solo deseo enardecía los corazones: liberar al Líder.
Los componentes de las formidables columnas que avanzaron desde todos los aledaños del Gran Buenos Aires, tuvieron el presentimiento del triunfo. Los puentes del Riachuelo estaban alzados, pero el agua fue cruzada a nado.
La multitud excedía la capacidad de todos los medios de transporte, pero marchó a pie.

En aquella luminosa mañana sólo se veían caras francas al viento y al sol, pasos firmes, gestos decididos. Sólo se oía, arrollador, un nombre: PERÓN.
Sólo palpitaba un ideal: JUSTICIA.
Arriba, un cielo azul lucía luminoso y sereno.
Y en los aires flotaba la expresión de la virtud viril: ¡lealtad!
En apretadas filas, el pueblo trabajador marchó triunfal e impuso su voluntad soberana.
Fue una jornada inolvidable.
Fue el 17 de octubre de 1945.