Mensaje de luz

Los derechos de nuestra patria sobre las Islas Malvinas y la Antártida Argentina son incuestionables.

En las espumas que hace el agua al saltar sobre los guijarros le parece ver la sonrisa de sus hijos y oír el canto de su mujer.
Se quedó un rato embebido en esa posición. La corriente arrastraba hierbecillas náufragas, negros y veloces bichitos de agua, inquietas mojarras de lomo verdoso. Tuvo un sobresalto. Como hipnotizado, tendió su brazo. Luego, sacudiendo la cabeza, se pasó la mano por los ojos.
— Si estaré cansao, que me pareció ver chiches con resortes que se me ofrecían. ¡Si estaré loco! .. .
Y habló en voz alta para tenderse de nuevo sobre la hierba húmeda.
Del bolsillo de su bombacha remendada sacó un pañuelo anudado. Se incorporó y lentamente soltó el nudo.
Uno a uno contó los billetes de a peso, producto de su trabajo. ¡Qué reducida es su paga mensual! ¡Muy reducida! No alcanzará para lo que él soñara llevar esa Navidad a su rancho. ¡Si su presencia calmara en sus hijos pequeños las ansias del trompo que baila, de la muñeca vestida de rosa y de la pelota de colores!...
A través del vidrio cubierto de moscas de la pulpería del vasco Gaitán, a la salida del bosque, él habia visto la hilera de juguetes colgados de la