El tambor de Tacuarí

En familia

Es de noche. Robertito, el pequeño, duerme en su cuna, bien arropadito.
Mamá teje y yo preparo mis deberes.
Esperamos que llegue papá para comer, y aunque por su trabajo se ve obligado a regresar muy tarde, mamá y yo siempre le aguardamos contentos.
Nos parece que nuestra compañía, en la mesa familiar, le disipa el cansancio y las preocupaciones.
Durante la comida, nos cuenta lo que le ha sucedido en el día y nos pregunta qué hemos hecho.
Sobre todo, se interesa por mi conducta en la escuela y por las cosas nuevas que he aprendido.

Hoy le vi conmoverse, cuando le dije que la señorita me había tomado la dirección para venir a hablar con él, y pedirle me dé permiso para ir a la Colonia de vacaciones, en la que pasaremos veinte días felices; a la orilla del mar, haciendo vida sana y saludable.
Nos cuidarán nuestras maestras y tendremos cuanto nos sea necesario.
Nos dijo también la señorita que la Colonia está formada por muchos cuerpos de edificio, amplios y cómodos.
Todo ello, obra del espíritu generoso de Eva Perón.
Dicha Colonia se halla en Mar dei Plata, sobre el camino a Miramar, y es motivo de admiración de cuantos pasan por allí.
Mientras la señorita nos contaba eso, yo pensaba en lo mucho que voy a divertirme si tú me dejas ir, papá
Y... ¿sabes una cosa? Mamá ya me ha dado permiso y está muy contenta. ¿Qué te parece?