Libro de lectura para Cuarto grado (niños de 10 años). Autor: Hermanos Maristas Educadores. Publicado por Editorial H.M.E. en el año , durante la segunda presidencia de Perón - Páginas 38 y 39.
También muchos ancianos suelen mandarme sus peticiones.
Una pequeña parte de la correspondencia carece de sentido y contiene raros pedidos, imposibles de satisfacer...
Pero la inmensa mayoría sabe bien lo que quiere y pide sencillamente con pocas palabras aunque siempre con una elocuencia que es maravillosa. Para mí lo importante es que esas cartas huelen a pueblo, porque oliendo a pueblo huelen a verdad...
El sistema de las cartas debe dar resultado, pues cada vez son más las que llegan y, por otra parte, ya no puedo salir a ninguna parte sin que me esperen con su carta en la mano hombres, mujeres y niños.
Nosotros repetimos siempre una frase de Perón que dice: «En la Nueva Argentina los únicos privilegiados son los niños». Y esta verdad trato de cumplirla también con mis cartas. Las cartas de los niños tienen siempre especial privilegio. Me gusta leerlas cuando quiero descansar un poco... ¡Son tan puros y tan ingenuos!... una descamisadita de ocho años me escribe textualmente:
«Querida Evita: yo quiero para los Reyes cualquier cosa con tal de tener un recuerdo suyo. Pero no tengo ninguna bicicleta».
Toda la carta es eso; pero, ¿quién se niega a mandarle el recuerdo?”
Eva Perón.
(Del libro La Razón de mi Vida)
1˚ DE MAYO DIA DEL TRABAJADOR
¡Cuántos ingratos recuerdos despierta en la mente de muchos la sola mención de este título!
El día Io de Mayo era, hasta hace pocos años en nuestro país y sigue siéndolo en muchas naciones aún, sinónimo de desorden, odio, rencor, luto y dolor.
Los obreros abandonaban su trabajo, organizaban manifestaciones hostiles reclamando los justos derechos que patronos y gobernantes les negaban. Cada año, sangre inocente del trabajador corría por las calles de nuestras ciudades. Centenares de hombres, por el gran crimen de pedir pan y vestido para sus hijos, a quienes injustamente se lo negaban, veíanse encarcelados.
Ahora, en esta bendita tierra argentina, desde que el Justicialismo conquistó y dió a los obreros sus legítimos derechos, ha cesado esa situación lamentable.
El obrero que empuña el arado o maneja un tractor, como el patrón que dirige la obra o el intelectual que investiga en su laboratorio o el maestro que consume su vida educando, todos, gobernados y gobernantes, nos sentimos hermanados en una sola clase de hombres felices: la de los trabajadores.