Patria Justa

EL DÍA DEL RENUNCIAMIENTO

El pueblo todo, en el Cabildo Abierto del Justicialismo, había decidido que Eva Perón acompañara al general Perón en el honor y Ia responsabilidad de gobernar al país.
Pero Eva Perón, nacida en d seno del pueblo, rechazaba honores y sólo quería luchar por la felicidad de los humildes, por los obreros, por sus mujeres, por los descamisados, por los ancianos, por los niños, a quienes entregó su corazón.
El 31 de agosto de 1951, en la ciudad de Buenos Aires, una gran multitud que colmaba la avenida 9 de Julio, se reunió para pedirle otra vez que aceptara, con el general Perón, el honor de gobernar al país.
Eva Perón, emocionada por cl cariño de su pueblo, se negó a ello, sin embargo. —"No renuncio a la lucha ni al trabajo, renuncio a los honores." —dijo.
Nadie olvidará nunca aquel ejemplo de desinterés de la Jefa Espiritual de la Nación y Mártir del Trabajo.
En la Nueva Argentina, el 31 de agosto de 1951 deberá ser escrito con letras de oro.
Es el Día del Renunciamiento.