Forjando la Patria

OTRO POQUITO, MAMÁ

Cuando nos portamos bien, mamá nos acompaña hasta el patio de juego.
Nosotros iríamos solos, pero hay que cruzar una avenida de mucho tránsito.
Albita y yo le decimos a mamá que somos capaces de cuidarnos, pero ella cree que todavía somos pequeños.

Apenas llegamos, ocupamos un sube y baja.
Con eso empieza la pelea. Porque, después de jugar un rato, yo me corro bien al extremo del tablón y la dejo a Albita en el aire.
¿No se dará cuenta que yo peso cinco kilos más que ella? Después vamos al tobogán. Trepamos por las escaleras y nos deslizamos velozmente. Mi her-manita frena apoyando sus pies en las tablas de los costados.
Recorremos el paso volante y después ocupamos un columpio cada uno. A ver quién llega más alto.
Y el columpio viene y el columpio va. Y yo siento que me dan ganas de volar. ¡ Cómo me gustaría ser pájaro!
Desde lo alto, un cartel muestra la expresión hecha realidad: “EN LA NUEVA ARGENTINA, LOS ÚNICOS PRIVILEGIADOS SON LOS NIÑOS”.
Sentimos la frase de Perón como si fuera nuestra. Por eso cuando mamá nos llama, después de haber pasado largo rato, le decimos:
—¡Otro poquito, mamá!