Ronda del gran amor

NUESTROS BOSQUES

Al golpe de las hachas filosas los seculares árboles iban cayendo heridos de muerte. Uno tras otro, los montes eran talados.
El desierto ampliaba sus dominios.
La codicia de los hombres no miraba más allá del lucro del presente.
Nuestra riqueza forestal amenazaba perderse. ¿Quién la salvaría?
Perón, con la clara visión del gobernante que contempla el interés presente y futuro de la Patria, puso término a esta depredación.
Reglamentó en forma racional la explotación, conservación y reforestación de nuestros bosques.
Él nos enseñó que si nuestra tierra es pródiga en brindarnos sus tesoros nosotros debemos ser celosos en conservarlos e incrementarlos.