Mensaje de luz

Llegaron poco menos que hambrientos... desfalleciente, pero una ilusión los mantenía.
Sabían que alguien se preocupaba de las necesidades del pueblo: Evita.
Fueron alojados en un Hogar de Tránsito. A los pocos días hubo ropas adecuadas, una casa digna y trabajo para el jefe de la familia.
Ya no eran unos pobres errantes, sino un hogar feliz.
— Gracias a Evita —decía la esposa con tono de devota veneración—, tenemos hoy todo lo que un pobre necesita para ser feliz.

LA TIERRA COMO BIEN DE RENTA

Durante muchos años don Braulio arrendó varias hectáreas del señor Miguel, acaudalado propietario de enormes extensiones de tierra.
Era un hombre trabajador y honesto que cumplía puntualmente con sus obligaciones; pero durante cuatro años consecutivos la suerte pareció ensañarse con él.
Primero la enfermedad y muerte de su mujer, después la invasión de la langosta y dos años de terrible sequía, dieron cuenta de sus ahorros, abocándolo a una espantosa miseria.
Su trabajo de tantos años, en los que su única diversión había sido "ver abrirse la tierra con las rejas del arado", o el vuelo de los pájaros, fue inútil.
No pudiendo pagar al arrendatario, solicitó se le concediera un nuevo plazo para el pago.