Mensaje de luz

EL SUEÑO DE LA CASA PROPIA

Hace diez años Juan José soñaba con tener su casa propia, una casita en la cual pudiera vivir tranquilo, feliz, con su esposa y sus tres hijitos; pero su sueldo era tan pequeño que nunca podría reunir la suma de dinero necesaria para adquirirla.
— Los bancos acuerdan créditos para edificar, le decían los amigos.
Y Juan José concurrió a uno de ellos solicitando un préstamo.
El tiempo pasaba y, sin embargo, el pedido no se resolvía.
El sueño de la casa propia, cada vez más lejos, acabó por desvanecerse totalmente.
— Continuaré abonando el alquiler de la casa que habitamos —dijo Juan José a su esposa—. La triste verdad es que a los pobres nadie los ayuda.
¿Por qué se facilitará dinero solamente a los que ya lo tienen?