Mensaje de luz

Grata escena familiar en uno de los hogares de tránsito de la Fundación Eva Perón.
Reproducción de "Argentina en marcha", publicación de la Subsecretaría de Informaciones

DE LA SELVA A LA CIUDAD

Froilán era hachero en un obraje del norte de Santa Fe. Mal protegido contra los peligros, las alimañas y las enfermedades que constantemente acechan allí, internábase en la selva para realizar su agotadora labor.
Con un mísero jornal que mal compensaba su agotador esfuerzo debía mantener a su esposa y tres hijos pequeños.
La miseria era compañera inseparable de ese hogar argentino, perdido allá... junto a la selva.
Un día el obraje cesó la explotación y los obreros quedaron sin trabajo.
Froilán vendió los pocos muebles que tenía y con el dinero obtenido y sus escasos ahorros compró un carro y dos caballos.
— ¡ A Buenos Aires!... —se dijo—. Allí encontraré trabajo y pan para mis hijos.
Casi dos meses tardaron en llegar: dormían en los patios de las comisarías o al raso, cuando la noche los sorprendía lejos de las poblaciones.