Justicialismo

Manuel fue el encargado de exponer nuestro plan.
— Señorita: nosotros queremos ayudar a los padres de Güiche para comprar las medicinas que le han recetado. La mayoría opina que deberíamos escribir a la “Fundación Eva Perón”; ¿qué nos aconseja usted?
Nuestra señorita nos respondió: — Estoy muy contenta con ustedes por los generosos sentimientos que han demostrado hacia la buena compañerita. La idea de escribir a la “Fundación Eva Perón” me parece excelente.
— ¿Usted cree, señorita, que contestarán nuestra carta?
— No lo dudo en absoluto. Escriban ustedes diciendo toda la verdad que no serán desoídos. ¿No tienen acaso el ejemplo diario de la dedicación que esa prestigiosa entidad brinda a todos los que solicitan su ayuda?
Pasaron algunos días, y una mañana luminosa, estando en clase, llegó el cartero del pueblo y alcanzó por la ventana del aula un voluminoso paquete. Quedamos todos en suspenso...

La señorita nos dijo muy contenta: ¡Aquí están las medicinas para Güiche!
Llenos de alegría, todos los chicos aplaudimos expresando nuestra felicidad. El paquete ostentaba una etiqueta que indicaba que era remitido por la “Fundación”.
Llegó la fiesta de fin de curso y Güiche, acompañada por sus padres, concurrió, aunque muy débil.
Sus ojos grandes, renegridos, que parecían estar siempre preguntando algo, expresaban inmensa alegría.
El sol de noviembre besaba con sus rayos nuestra escuelita blanca, las plantas del jardín, los campos verdes y la bandera azul y blanca, que allá en el tope parecía decirnos:
“¡Estoy orgullosa de vosotros, niños argentinos!"