El alma tutelar

Los Reyes Magos

Es la mañana que sigue a la Noche de Reyes.
En la vereda, varios niños juegan con lo que han encontrado en sus zapatos.
Otros tienen las manos vacías y los ojitos tristes.
Pasa la señorita que va para la escuela y se detiene a conversar con los chiquillos.

Mira a los que están solos y les pregunta:
— ¿No tenéis nada? ¿No llegaron los Reyes para vosotros?
Los niños la miran sin contestar y ella les dice al tiempo que sonríe:
— Estoy segura de que vuestros juguetes están guardados en alguna parte. Venid conmigo.
Y toma de la mano a los dos más pequeños, yendo con todos a la oficina de correos, donde la Fundación Eva Perón ha enviado para ellos bolsas repletas de juguetes.