El alma tutelar

Lección interrumpida

La señora Mercedes enseña a su hijito Alberto las oraciones.
Al comenzar el Credo - “Creo en Dios Padre Todopoderoso” - el niño interrumpe:
— Mamita ¿qué quiere decir Todopoderoso?
— Que puede hacer cuanto quiere. Puede colmar los ríos, levantar las montañas, darnos la luz...
— ¡Oh! Yo quisiera ser Dios. Haría pajaritos de colores, caballitos de chocolate, árboles de turrón, y para ti, mamita, un palacio de oro y de brillantes.
Además, haría que se abrieran de nuevo los ojos de Evita, porque era tan buena con los niños.
La señora Mercedes abraza a su hijo, y deja la lección para otro día, pues la han conmovido las palabras sinceras de Alberto.

En el puerto

— ¿Ves esos barcos?
— Sí, papito. ¡Qué cargados están!
— Pertenecen a nuestra Marina Mercante, que hoy se puede comparar con las más fuertes del mundo, gracias a los esfuerzos del gobierno justicialista.
— También veo las palomitas que picotean los granos caídos. ¡Qué mansas son! ¿Me puedo llevar una?
— No, hijo. Ellas, igual que tú, aman la libertad, y les harías mucho daño teniéndolas prisioneras.