El alma tutelar

El despertador

Cuando yo estoy durmiendo
por la mañana,
un pajarito viene
a mi ventana.

Para que me despierte
canta despacio
y sus trinos se pierden
en el espacio.

— Pajarito, por esto
tienes mi amor:
¡porque eres el más lindo
despertador!

Palomas blancas

En casa tenemos dos palomitas blancas.
Comen en mi mano, y algunas veces se quedan quietecitas contra mi pecho mientras las acaricio.
A pesar de vivir en libertad, nunca nos abandonan.
Cuando le escriba una carta a Evita, pidiéndole una bicicleta, les rogaré a mis palomitas que me la lleven hasta el cielo.
¿Tenéis vosotros dos carteros tan lindos como los míos?