Libro de lectura para Cuarto grado (niños de 10 años). Autor: Luis Bruno. Publicado por Editorial Kapelusz en el año , durante la segunda presidencia de Perón - Páginas 172 y 173.
Jorge respondió:
—No estoy muy seguro, pero creo que dos a la vez: el segundo, o derecho a una retribución justa, y el sexto, o sea el derecho al bienestar.
—Muy bien respondido -dijo el maestro—, puesto que no es justa una retribución que no le permite satisfacer sus necesidades.
—Atiende tú, Hilario: Una obrera tiene un hijo pequeño y no puede dejarlo solo en la casa. Lo lleva a su trabajo, porque allí le ofrecen comodidades para cuidar y atender a su bebé mientras ella desempeña sus tareas. ¿Qué derecho la ampara?
—El octavo, señor. El derecho a la protección de su familia.
—Continuemos -dijo el maestro-. Un grupo de trabajadores junta sus ahorros para establecerse como propietarios en una industria. Como el dinero no les alcanza, recurren al Banco Industrial. Allí les prestan el dinero faltante. ¿En virtud de qué derecho han podido hacer eso?
Roberto respondió:
—Yo no entiendo bien esas cosas de dinero, pero supongo que es el derecho al mejoramiento económico.
—Supones bien -repuso el maestro-. Recuerda que el artículo dice: “La sociedad debe estimular la formación y utilización de capitales”.
Vayamos a otro ejemplo. Sabemos bien que en nuestro país no falta ahora trabajo. Pero, suponiendo que hubiera cierta cantidad de gente desocupada, ¿puede pedir amparo?
-Sí señor -contestó Luis, con seguridad-. El primero de todos los derechos es el derecho de trabajar, que debe ser protegido por la sociedad.
-Otro caso: El año pasado ustedes realizaron una excursión a la fábrica de galletitas. Recuerdo que se comentó la limpieza, la iluminación lo aireado de la fábrica, y que les llamó la atención la sala de descanso, al comedor para obreros y la instalación para transmitir programas de música. ¿Sabrías decirme, Carlos, qué preceptos se cumplían en ese aspecto. ¿Q ofrecía el dueño de esa fábrica a sus obreros?
-Si no me equivoco, señor, dos pueden ser los derechos que responden al ejemplo que usted nos da: El cuarto, o derecho a condiciones dignas de trabajo, y el quinto, o derecho a la preservación de la salud.
El maestro movió dubitativamente la cabeza y respondió:
En general, puede estar bien. Claro esta que estos ejemplos que yo elijo para ayudarles a comprender el tema no son absolutos. Veamos este otro y me responderás tú mismo, Carlos: En ese taller limpio, aireado y cómodo de antes, hacen trabajar al obrero doce horas diarias, no le dan el descanso hebdomadario ni sus vacaciones anuales. ¿Está bien?